viernes, 28 de septiembre de 2012

No quiero besos cuando empiece el tiroteo

Podemos engañar a la distancia que cada día me consume más, a las malas contestaciones, malos argumentos o miradas distraídas. Podemos hacer cómo si no nos conocieramos, como si nunca hubiese soñado contigo. Inventemos que la tarde que te conocí fue una tarde cualquiera, que lo que dije fué lo que me guió después de saber que no te tendría. Hagamos que los minutos cuenten como contaron aquél día de lluvía cuando me di cuenta que eras tú mi regalo. Ni besos de otros, ni promesas sin cumplir, nada, solo tú.
¿Has leido?, todo depende de cuándo me preguntes por tí, depende del momento en que me digas tu nombre, nunca me preguntes por él cuando solo quiera tenerme por compromiso, cuándo sus besos sean forzados o sus sonrisas las más falsas de la noche.
Quiero aprender a decirte adiós, a que valores que yo sea la que piensa en tí cuándo ni tú mismo lo harías, la que lo daría todo por tí, sin compromisos, sin deudas. Aprende a recompensar cada momento que no me importaría aprovechar al máximo contigo siempre y cuando tú aproveches mi compañía.
Por eso no quiero besos cuando empiece el tiroteo, ni abrazos bajo la lluvia, ni amores de verano. Solo quiero que sepas lo que necesitas y me quieras, que nada ni nadie te digan lo que tienes que hacer o cómo tienes que hacerlo, tienes una semana, empecemos esta noche.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario