miércoles, 14 de noviembre de 2012

So close

Manos congeladas, vicio en sus labios y un par de canciones de Michael Buble. Ya sabes lo que significa esto chico, Navidad adelantada.
Una mirada a destiempo o malgastar el mismo en quién nunca lo mereció, pueden ser tus dos pecados favoritos entre mañana y hoy.
"Nunca dejes de querer, el amor lo es todo" que esas palabras vinieran de su boca, hacía todavía mas sencillo que se convirtieran en mentira en cuanto llegaran a la desafortunada a la que había elegido con cautela, para finalmente perderla de vista. Levantemos la mano una a una, todas aquellas que mentimos, cuando decimos que nunca lo hemos pasado mal por un capullo como él, ¿y bien?.
Supe desde el principio de este encuentro que no quitarías ninguno de los pecados cometidos en mi piel, ni besarías como imaginé que siempre lo hiciste. Es triste que sea tu rutina siempre la culpable de tu soledad. Nunca lograré entender por qué aún sabiendo que mientes a mi razón y engañas mi mente, eres mi debilidad. Sería un placer poder olvidarte, sería la verdadera felicidad no buscar en cada lugar, cómo saber sentir. No necesito que lo entiendas, ni que me prestes atención, necesito que evites todo de mí, no estudies mi razón y dejes que mi dolor, cure sin tu ayuda. Porque querido, tú nunca me ayudaste a ser felíz.
Ni la sonrisa más efímera que apareció una mañana de calor, ni las veinte primeras notas de ninguna canción, explican mi inseguridad abismal y mis ganas de acabar con tu nombre.
No voy a prometerme el cielo cuando ni si quiera puedo prometer no volver a equivocarme. Solo prometeré que tu mirada dejará de ser lo que es. Voy a cobrar cada una de las formas de tu risa, tus manos y tu piel, los cambiaré por amor de verdad. Sin promesas ni mentiras, sin te quieros finjidos ni dolor, sin heridas, sin nada, sin tí.
 Sin lugar a dudas, sin "atentamente siempre tuya".      
                                                                                                  

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